¿Lo que debo ser o lo que quiero ser?

En la vida hay una lista interminable de momentos en los que debemos tomar decisiones que, sin importar si son buenas o malas, construirán el camino que recorreremos a lo largo de nuestra existencia, permitiéndonos así mismo formarnos personal, profesional y laboralmente. Sin embargo, hay ocasiones en las que tomamos decisiones forzadas ya sea por influencia de un amigo o por presión familiar; decisiones que en un futuro pueden ser el mayor causante de una vida vacía o infeliz.

Al finalizar la etapa de la secundaria llega el momento de responder una de las preguntas más importantes que tendremos en la vida; ¿Qué haré de ahora en adelante? Según un informe publicado en noviembre del 2018 por el Banco Mundial, con un índice del 42% Colombia es el segundo país en América Latina conmayor tasa de deserción universitaria.

El analista en educación superior, Carlos Mario Lopera afirma que “los factores académicos, económicos, sociales y emocionales influyen en el aumento del índice”. Es decir que si se elige iniciar una carrera universitaria por presión de terceros y no por convicción propia la probabilidad de deserción será aún mayor.

En ocasiones los padres desean que sus hijos cumplan los sueños que ellos no lograron alcanzar en algún momento de sus vidas cometiendo el error de implantar un pensamiento en ellos y por presión familiar obligándolos indirectamente a tomar decisiones que tal vez sus hijos en un principio no tomarían; un ejemplo claro es el papá abogado que solo aceptará que su hijo estudie derecho o el empresario que quiere que su hijo estudie Administración de Empresas porqué él heredará el negocio familiar, dejando a un lado los sueños y ambiciones del joven.

Para la psicóloga Zulma Castañeda “es claro que esta situación se presenta debido a que los padres aún quieren sentir que son los que llevan las riendas de la vida de sus hijos, situación que puede ser absolutamente contraproducente…” por eso es importante que no se considere al estudio como una obligación sino como una oportunidad de mostrar al mundo todo el potencial de una persona, oportunidad que no sé debe desperdiciar  permitiendo que otros decidan sobre  el rumbo que tomará nuestro propio futuro.

No se trata de  generar polémica entre padre e hijos, sino resaltar la importancia de esta decisión y del gran error que comenten algunos padres al no dejar que sus hijos vuelen con sus propias alas. Si eres padre ten presente que la libertad es el oxígeno para el alma y que al forzar a tu hijo a tomar cierta decisión le estás cortando ese oxígeno y si eres hijo recuerda que está decisión marcará el rumbo que tomará tu vida, una decisión así no se toma a la ligera.

Entonces si la decisión la tuvieras que tomar tú, ¿Qué elegirías? ¿Lo que debes ser o lo que quieres ser?

AUTOR: Julio Cesar Triana Vargas